"Lobo es el hombre para el hombre" (en latín lupus est homo homini) es una frase célebre extraída de la obra dramática Asinaria, del comediógrafo latino Plauto (250-184 a. de C.), que sería popularizada por el filósofo inglés del siglo XVIII Thomas Hobbes en su obra El Leviatán (1651). Hobbes escribiría “el hombre es un lobo para el hombre” (en latín homo homini lupus) para referirse a que el estado natural del hombre lleva a una la lucha continua contra su prójimo. La frase, en ese sentido, se convierte en la metáfora del animal salvaje que el hombre lleva por dentro, siendo capaz de realizar grandes atrocidades y barbaridades contra elementos de su propia especie. Algunas de esas acciones son dirigir guerras, practicar exterminio a un grupo social, realizar atentados, asesinatos y secuestros, someter a otros individuos a la esclavitud, tráfico ilegal de personas, etc.
No obstante, Thomas Hobbes indica que la paz y la unión social pueden ser alcanzadas cuando son establecidas en un contrato social, en el que se define un poder centralizado que tenga la autoridad absoluta para proteger a la sociedad, creando una comunidad civilizada. Es de considerar que el hombre puede presentar una conducta buena e intachable, pero también destructiva y egoísta, específicamente cuando se mueve por sus propios intereses, por ejemplo, un ascenso en el trabajo.
Qué es El hombre es bueno por naturaleza:
La frase “el hombre es bueno por naturaleza” es una afirmación autoría del eminente escritor e intelectual del periodo de la Ilustración Jean-Jacques Rousseau en su novela Emilio o de la educación, publicada en 1762. En esta novela, donde Rousseau expone sus teorías de la educación que tanto influirían posteriormente en el desarrollo de la pedagogía moderna, se explica que el ser humano está orientado naturalmente para el bien, pues el hombre nace bueno y libre, pero la educación tradicional oprime y destruye esa naturaleza y la sociedad acaba por corromperlo.
Recordemos, también, que Rousseau se apoyaba en la tesis del buen salvaje, según la cual el ser humano, en su estado natural, original y primitivo, es bueno y cándido, pero la vida social y cultural, con sus males y sus vicios, lo pervierten, llevándolo al desorden físico y moral. De ahí que considerase que el hombre en su estado primitivo fuese superior moralmente hablando al hombre civilizado.
Sin embargo, esta afirmación de que el hombre fuera bueno por naturaleza se oponía a otra idea, diametralmente opuesta, esgrimida el siglo anterior, en el tiempo del nacimiento de los Estados nacionales, por Thomas Hobbes, según la cual el hombre, en cambio, era malo por naturaleza, pues siempre privilegia su propio bien por encima del de los demás, y, en un estado salvaje, vive en medio de continuas confrontaciones y conspiraciones, cometiendo crueldades y actos violentos para asegurarse la supervivencia.
Hobbes, entonces, sostenía que el hombre era un depredador, “un lobo para el hombre”, y que la única forma de salir de ese estado primitivo estribaba en la construcción de un Estado nacional, con un poder político centralizado, de corte absolutista y monárquico, que permitiera al hombre agruparse para sobrevivir, pasando de ese estilo de vida salvaje a uno de orden y moral, superior y civilizado.
No obstante, se ha criticado el que se afirme que la bondad o, en su defecto, la maldad, puedan ser naturales, pues desde un punto de vista moral ni bondad ni maldad son propiedades naturales. La bondad y la maldad, el bien y el mal, son categorías morales que tienen su raíz en el pensamiento religioso judeocristiano, según el cual los seres humanos son creados por Dios a su imagen y semejanza, y, por lo tanto, buenos por naturaleza, a semejanza divina. De modo que decir que el hombre es bueno o malo por naturaleza es moralizar a la naturaleza.
Más bien, se podría sostener que el ser humano no nace bueno ni malo, puesto que en sus etapas más tempranas de desarrollo el individuo está desprovisto de referencias culturales, informaciones o experiencias, que lo doten de intenciones o finalidades buenas o malas.
Por otro lado, una interpretación marxista de la frase de Rousseau, readaptaría su contenido para explicar que el hombre, que en esencia es un ser social, que depende del conjunto de las relaciones sociales que establece con otros, en realidad es corrompido por la sociedad capitalista, cuyo sistema, erigido sobre la explotación del hombre por el hombre, y donde cada individuo debe luchar encarnizadamente para mantener sus privilegios y posesiones, es fundamentalmente egoísta, individualista e injusto, y contrario a la naturaleza social del ser humano.
En conclusión, la frase “el hombre es bueno por naturaleza”, arraigada en un sistema de pensamiento propio de la Ilustración y en un contexto histórico en el cual el hombre europeo se encontraba en una fase de revisión moral en relación con su forma de ver y entender al hombre no europeo (americano, africano, asiático, etc.), en condiciones de vida comparativamente primitivas, guardaba cierto recelo hacia la pureza moral del hombre civilizado, visto fundamentalmente como producto de una sociedad corrompida por los vicios y la ausencia de virtud. Es, pues, una visión idealizada del hombre en su estado originario.
Actividad
1. Hacer lectura y responder: a. ¿Qué relación tiene el tema con la lectura? b. ¿Qué opinas de la frase de Thomas Hobbes? c. ¿Cómo califica el pensamiento de Jean -Jacques Rousseau? explica
d. ¿ Qué opina del dominio del hombre sobre sí mismo? e. comparte el tema en familia y sacar las conclusiones entre todos sobre el tema.
2. observa el vídeo y haz lo siguiente
a. Ponle nombre a la historia b. Cómo califica el comportamiento de los jóvenes de la historia. Justifica c. Escribe la moraleja que le deja la historia
SEGUNDA ACTIVIDAD Relatos de la creación según la Biblia
PRIMER RELATO: LIBRO DEL GÉNESIS, 1, 1-31, y 2,4 :
<< En el principio, la Divinidad conformaría los cielos y la tierra: pues la tierra no tendría todavía forma alguna y estaría como disuelta (en la inmensa masa de aguas cósmicas contenidas en las profundidades de los abismos del espacio exterior), y la oscuridad más completa envolvería esos profundos abismos; pero ya el aliento espiritual de la Divinidad estaría sobrevolando por afuera de la superficie externa de esas aguas.
Diría entonces la Divinidad: "¡Que haya luz!". Y hubo luz. Y vió la Divinidad que esa luz era buena, y la Divinidad la dejó diferenciada de la oscuridad; y llamó la Divinidad a la luz "día" y a la oscuridad "noche". Y hubo atardecer y hubo amanecer: (los del) DÍA PRIMERO.
Diría luego la Divinidad: "Que haya un firmamento sólido (a modo de bóveda celeste) por en medio de las aguas, separando unas de otras". Y así hubo de ser: hizo la Divinidad el firmamento, dejando separadas unas aguas de otras, las que quedaban por debajo del firmamento celeste y las que quedaban por encima de éste. Y vió la Divinidad que era bueno (y apropiado). Y llamó la Divinidad al firmamento "cielo". Y hubo atardecer y hubo amanecer (en ese día,) el DÍA SEGUNDO.
Diría luego la Divinidad: "Que haya por la bóveda de ese firmamento unas lumbreras que separen el día de la noche y sirvan de señales para las estaciones, los días y los años, y que luzcan por el firmamento de ese cielo para alumbrar la tierra". Y así hubo de ser: hizo la Divinidad las dos grandes luminarias, la mayor para presidir el día, y la menor para presidir la noche, y las estrellas; y los puso la Divinidad en la bóveda interior del cielo para alumbrar la tierra y presidir el día y la noche y para separar la luz y las tinieblas. Y vió la Divinidad que era bueno aquello, y anocheció y amaneció (en ese día,) el DÍA CUARTO.Diría luego la Divinidad: "Que se junten (y condensen) en unos mismos lugares (una parte de) las aguas de debajo de los cielos, y aparezca (así) el suelo seco". Así hubo de hacerse: se condensaron en varios lugares las aguas de debajo de los cielos y apareció (sobresaliendo de las aguas) el suelo seco. Y a lo seco la Divinidad lo llamó "tierra", y al resto de las aguas reunidas los llamó "mares". Y vió la Divinidad que estaba bien, y diría a continuación la Divinidad: "Que la tierra produzca hierba verde, plantas con semilla, y árboles frutales, cada uno con su fruto y su semilla sobre la tierra, según sus especies". Y así hubo de ser: produjo la tierra hierba verde, plantas con semilla, y árboles de fruto, cada uno con su semilla. Y vió la Divinidad que estaba bien hecho. Y anocheció y amaneció (en ese día,) el DÍA TERCERO.
Diría luego la Divinidad: "Que se llenen de animales las aguas y que vuelen sobre la tierra aves bajo la bóveda celeste". Y así hubo de ser: pues creó la Divinidad los grandes monstruos del agua y todos los animales que bullen en ella, según sus especies, así como todas las aves aladas, según sus especies. Y vió la Divinidad que estaba bien hecho, y los bendijo la Divinidad diciendo: "Procread y multiplicáos, y llenad las aguas del mar, y que se multipliquen sobre la tierra las aves". Y anocheció y amaneció (en ese día,) el DÍA QUINTO.
Diría luego la Divinidad: "Broten de la tierra seres animales, según sus especies: ganados, animales reptiles y bestias salvajes, según sus especies". Y así hubo de ser: hizo la Divinidad todas las bestias salvajes, por especies, los ganados, por especies, y los animales que reptan sobre la tierra, también por especies. Y vió la Divinidad que era bueno (todo ello).
Entonces diría la Divinidad: "Hagamos al ser humano según nuestra imagen y modelo, para que domine sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados y sobre todas las bestias de la tierra y sobre cuantos animales se mueven en ella". Y creó la Divinidad al ser humano a imagen suya, a semejanza divina lo creó, y lo creó macho y hembra. Y los bendijo la Divinidad y les dijo la Divinidad: "Procread y multiplicáos, y llenad la tierra, sometedla y dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados y sobre cuanto vive y se mueve sobre la tierra". Dijo también la Divinidad: "Ahí os doy cuantas plantas de semilla hay sobre la superficie de la tierra entera, y cuantos árboles producen fruto con simiente, para que todo ello os sirva de alimento. También a todos los animales de la tierra, y a todas las aves del cielo, y a todos los seres que sobre la tierra están y se mueven, les doy como comida cuanto de verde hierba la tierra produce". Y así hubo de ser. Y vió la Divinidad que era muy bueno cuanto había hecho, y anocheció y amaneció (en ese día), el DÍA SEXTO. (...) Tal sería el origen de los cielos y la tierra cuando fueron creados >>.
Éste es el relato de la creación del Mundo con que se inicia el primer libro de la Biblia. Es un relato mitológico, que parte de unas premisas cosmológicas que se suponen conocidas por el oyente-lector: el universo es entendido en esta cosmología como una especie de inmenso receptáculo lleno de aguas, y en su interior otro receptáculo menor donde estaría la tierra -plana- y las aguas de los mares interiores, sobre las cuales hay un espacio abierto cerrado por arriba por una bóveda celeste sólida, concebida como de metal fundido, que separa las aguas superiores; unas a modo de trampillas o compuertas se abren ocasionalmente para dejar caer parte de esas aguas cósmicas superiores en forma de lluvia (cf. Gén., 7,11).
Las objecciones cientifistas que se le han hecho a este relato bíblico están obviamente fuera de lugar, pues se trata de un texto explicativomitológico, no científico, construido a la medida de la mentalidad hebrea de hace dos mil quinientos años o más, y desde luego no puede pedírsele que elabore los detalles de acuerdo con las teorías evolucionistas contemporáneas, y no de acuerdo a esa misma mentalidad precientífica antigua. Que las aves, por ejemplo, sean creadas simultáneamente con los peces y animales marinos (incluídos los cetáceos mamíferos) se debe a que ambas clases de seres viven y se mueven en dos elementos distintos del propiamente terrestre (el agua y el aire); sin duda el autor bíblico también hubiera incluido en ese grupo -si en aquel entonces hubieran sido conocidos- los seres microorgánicos bacterianos y virales, que proceden del medio "acuoso" y "aéreo" y parasitan y corrompen el cuerpo "terrestre". Los seres vivos se distinguen en dos grandes grupos: por un lado los animales acuáticos (peces y animales marinos) y los animales volátiles (aves e insectos voladores) y por otro lado los animales terrestres, diferenciados a su vez en tres clases, según su grado de utilidad para el hombre: hervíboros (ganados), carnívoros (bestias de la tierra) y reptiles (que incluyen los reptiles propiamente dichos, los anfibios y todos los pequeños animales invertebrados). Por cierto, que el relato parece sugerir también (míticamente) que la alimentación de todos esos seres primariamente creados (tanto la del hombre como la de los animales de toda especie, incluidos los "carnívoros") hubo de ser en un principio exclusivamente "vegetariana", lo que concuerda también con otras mitologías antiguas de otras culturas, en las que el "desorden" y la "trastocación" originaria, y con ello la depredación entre los propios seres vivientes, se produce también a partir de una "transgresión" cometida por los primeros seres humanos.
Es un relato que en su origen seguramente ni siquiera tenía las pretensiones que después se le han dado por sus intérpretes y comentaristas. Es un relato metafórico, no conceptual; mítico, no científico, en el que no se pretende decir "cómo fue" (pues obviamente nadie había allí para verlo, para transmitirlo y para contarlo), sino más bien "cómo pudo ser", "cómo debió de ser".
Con todo, y como todo relato mitológico, el relato tiene unos valores que trascienden lo puramente científico y que incluso lo superan. El orden de los días de la creación y de las cosas en ellos creadas, p.e., sugiere también una cierta pre-visión mental fenomenológica, pues en realidad el relato mismo se construye a partir de unas determinadas "preformaciones mentales" (arquetipos) que en su conjunto constituyen la integración completa de lo fenoménico, es decir, las formas primarias en que la mente humana aprehende la realidad externa del mundo a partir de las propias sensaciones internas. En otras palabras, este relato bíblico -de alguna forma- nos está transmitiendo no tanto el origen del mundo en sí (que es en el fondo una cuestión irresoluble y necesariamente mítica, sea al modo precientífico antiguo o sea al modo científico moderno con sus teorías asimismo "míticas" e indemostrables), sino sobre todo el origen o génesis del mundo para la mente humana, para la forma mental humana de ver, de percibir, de comprender y de entender el mundo. Todos los seres humanos hemos "creado" o "construido" el mundo así, en esas "fases" percepcionales, y ello ya seguramente desde nuestra primera vivencia en el seno materno, en el "líquido amniótico" o agua primordial.
Por ejemplo:
LUZ = percepción, imagen, visión o sensación intrauterina de "claridad" tenue.
En el judaísmo posterior, la aproximación, el intento de re-integración desde el "modo" colectivo convivencial-moral al Modelo originario, es la Ley mosaica (la aproximación y medio de superación del "modo" individual hacia ese Modelo es el ritual religioso hebraico, que constituye una forma de psicología y de psicoterapia antigua y precientífica). Ahora bien, esa Ley (y el propio rito de la ley mosaica) serían intentos de aproximación utilitarista al Modelo, pero ni son ni representan ni apenas transparentan el Modelo mismo; son sólo accesos históricos (y en general accesos ya bloqueados por el propio utilitarismo moral de las leyes y de los ritos). Por tanto, la Ley y el rito han de ser trascendidos en su forma (o bien, cosa no menos difícil) cumplidos rigurosamente "hasta la última coma"). Tales fueron las interpretaciones religiosas posteriores (cristiana y judía, respectivamente).
Este pasaje de la Creación tiene también, finalmente, interesantes sugestiones de tipo ético-moral (si así quieren ser entendidas, por supuesto). La exhortación que dice: "Procread y multiplicáos (hasta que lleguéis a) llenar la tierra, sometedla y dominad sobre todo lo que hay en ella", puede ser entendida también como una de las posibles orientaciones morales (alegóricas) de todo este pasaje, como si dijera: "multiplicáos también en buenas obras; dominad las cosas (vuestros deseos, obsesiones y temores sobre las cosas) y las dominaréis verdaderamente; objetivad las cosas (y tendréis ciencia); objetivad la Naturaleza (y la dominaréis con la tecnología); objetivad también a vuestros semejantes como a vosotros mismos, y haréis entre vosotros la mejor convivencia desde la vivencia de vosotros mismos.
La segunda orientación ética sería la que presupone que el núcleo mismo de la vivencia de la divinidad es la pareja arquetípica (varón y hembra), imagen perfecta de Dios en la medida en que ambos lleguen a ser una "pareja perfecta" (de ello tratará, como veremos, el segundo relato de la Creación).
ACTIVIDAD
1. Realizar la lectura de los textos Bíblicos y la reflexión desde la antropología
2. Realizar un pequeño resumen escrito sobre lo leído
3. Observar el vídeo
4. Escribir lo que le llamó la atención del vídeo
5. ¿Cómo relaciona el vídeo y el texto?
6. Escribe la enseñanza que le deja la actividad
MES DE JULIO (ACTIVIDAD 3 Y 4)
TEMA: LOS MANDAMIENTOS CAMINO DE FELICIDAD.
Los Mandamientos, el camino que Dios nos muestra
Pequeño resumen que ayuda a saber si vamos por el camino correcto. Por: Tere Fernández | Fuente: Catholic.net
Hoy en día, muchas personas han eliminado a Dios de su vida. Como que en ocasiones nos estorba y preferimos borrarlo, en vez de sentarnos a reflexionar por qué nos pide ciertas cosas. Unas de las cosas que Dios nos pide es cumplir con los mandamientos que Él nos entregó. Los Mandamientos son un camino para llegar al Cielo y ser felices. Cuando los cumplimos, vivimos en paz.
Los tres primeros mandamientos de la ley de Dios nos enseñan cómo debe de ser nuestra actitud para con Dios y los siete siguientes nos enseñan nuestra actitud hacia el prójimo, con los que nos rodean.
La primera manifestación de la voluntad de Dios es la que se nos hace a través de los mandamientos. Los “Diez Mandamientos” son las diez formulaciones o máximas en las que se considera resumi do todo lo que debemos hacer para salvamos, y responden, casi literalmente, al “DECALOGO” que Dios entregó a los israelitas al salir de Egipto (Ex 20,1-17; Dt 5,6-21).
– La formulación del Decálogo comienza con el recuerdo de la ac ción liberadora y salvífica de Dios: “Yo soy el Señor, tu Dios, que te ha liberado de la esclavitud de. Egipto”(Ex 20,2). EL FUNDA MENTO de todos y cada uno de los mandamientos es, por tanto, la ACCION LlBERADORA DE DIOS.
– ¿Qué SIGNIFICADO tiene el Decálogo? Los mandamientos son, en primer lugar, una LLAMADA A LA LIBERTAD que Dios ha dado al hombre: liberado por Dios, el hombre tiene que vivir en la auténtica libertad.
– Los mandamientos, en segundo lugar, son una LLAMADA A AC TUAR EN FAVOR DE LA LlBERACION DE LOS HOMBRES. El cristiano se compromete a continuar la obra liberadora de Dios. No se puede contentar, por ejemplo, con decir “yo no mato”; debe comprometerse para que nadie sea asesinado o lesionado en sus derechos fundamentales.
– Los Diez Mandamientos, como los hemos explicado, no son leyes caprichosas o impositivas que le quitan la libertad al hombre. Son más bien NORMAS PARA LA LIBERTAD (leyes que nos hacen más libres) Y NORMAS PARA EL AMOR (porque contienen valores que elevan a la persona: valor de la vida, de la justicia, de la verdad, etc.).
– Los Diez Mandamientos tiene una FORMULACION GENERICA. Esto es un dato positivo, ya que Dios, respetando la libertad huma na, ha querido dejar un inmenso campo de acción a la responsabi lidad y al dictamen de la conciencia de cada persona. Los Diez Mandamientos no son, pues, un código detallado que regula minu ciosamente cada uno de nuestros actos. Son más bien unas luces grandes que Dios ha colocado en nuestro camino para guiar nues tras vidas.
Los mandamientos son leyes que Dios le ha dado al hombre para alcanzar la vida eterna. Los 10 mandamientos fueron dados por el mismo Dios a Moisés en el monte Sinaí. Dios nuestro Creador nos dio los mandamientos porque El sabe lo que nos conviene, además nos ayudan a nuestra felicidad, para que haya paz y orden en la tierra.
Los mandamientos de la ley de Dios son los siguientes:
1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
Este mandamiento nos dice que Dios debe ser lo más importante en nuestras vidas, debemos amarlo, respetarlo y vivir cerca de Él. Esto lo podemos hacer a través de la oración y los sacramentos. PECAN CONTRA ESTE MANDAMIENTO:
Los que niegan la existencia de Dios
Los que niegan las verdades de la fe
Los que desconfían de la misericordia de Dios
Los que cometen sacrilegios
Los que creen en supersticiones, brujerías, bajaras, adivinos, horóscopos, etc.
Debemos creer, confiar y amar a Dios sobre todas las cosas:
1. Creer en Dios que es mi Padre, me ha dado la vida y me ama. 2. Confiar en Dios porque es mi Padre y me ama infinitamente 3. Amar a Dios más que a nada y a nadie en el mundo.
Para saber si cumplimos con este mandamiento, nos podemos preguntar: • ¿Estoy amando a Dios como un hijo ama a un padre? • ¿Vivo sólo para las cosas temporales, de la tierra?
2. No tomarás el nombre de Dios en vano.
Este mandamiento nos manda respetar el nombre de Dios y todas las cosas sagradas. Para cumplir este mandamiento, debemos usar el nombre de Dios con mucho amor y respeto. Debemos de cuidar y respetar todas las cosas que tienen que ver con Dios, así como respetar al sacerdote y a las personas consagradas a su servicio.
Para saber si cumplimos con este mandamiento nos podemos preguntar:
• ¿Uso el nombre de Dios de una manera cariñosa y con respeto, sin jurar en vano el nombre de Dios? • ¿Respeto las cosas de Dios (capilla, Biblia, rosario, etc.)? • ¿Trato de manera respetuosa a los sacerdotes y personas consagradas al servicio de Dios? • ¿He cumplido con las promesas que he hecho? • ¿He jurado en falso? • ¿He cumplido las promesas que he hecho a Dios?
3. Santificarás las fiestas.
Este mandamiento nos manda dedicar los domingos y los días de fiesta a alabar a Dios y a descansar sanamente.
Para cumplir con este mandamiento, debemos ir a Misa todos los domingos y fiestas que la Iglesia e indique y celebrar el amor de Dios y todo lo que ha hecho por nosotros. Debemos aprovechar los domingos para rezar más y estar cerca de Dios, así como para descansar sanamente y ayudar a que otros descansen. También, debemos dedicar este día a las cosas de Dios y a la familia.
Para saber si cumplimos bien con este mandamiento, podemos preguntarnos: • ¿Voy a Misa los domingos y fiestas que manda la Iglesia? • ¿Hago un esfuerzo por estar muy cerca de Dios durante la Misa y escuchar lo que me quiere decir? • ¿Pienso en Dios los domingos? • ¿Ayudo a los demás para que puedan descansar?
Los días en que se debe de asistir a Misa, además de los domingos, son marcados por la Conferencia Episcopal de cada país.
4. Honrarás a tu padre y a tu madre
Este mandamiento nos manda honrar y respetar a nuestros padres y a quienes Dios le da autoridad para guiarnos y cuidarnos en nuestras vidas.
Para cumplir este mandamiento, debemos escuchar, respetar y amar a los padres y a aquellas personas que tengan autoridad sobre nosotros (abuelos, tíos, sacerdotes, maestros, autoridad civil).
Esto no quiere decir que los padres deben de olvidarse de sus deberes y obligaciones para con los hijos.
Para saber si cumplimos con este mandamiento podemos preguntarnos: • ¿Ayudo material o espiritualmente a mis padres? • ¿Soy agradecido con mis padres? • ¿Los acompaño en su vejez? • ¿Les demuestro amor? • ¿Soy agradecido con ellos? • ¿Los acompaño en sus enfermedades?
5. No matarás
Este mandamiento nos manda respetar nuestra propia vida y la del prójimo, cuidando de la propia salud, porque la vida humana es sagrada. Se trata de no lastimar ni atentar contra la vida propia o ajena, física o moral.
Para cumplir este mandamiento, debemos servir a la vida cuidando nuestra salud, para no caer en vicios como el alcoholismo o la drogadicción. El suicidio es un atentado contra la propia vida.
Con respecto a la vida de otros, debo evitar las críticas y el dar a conocer a todos los defectos ajenos, es decir, las calumnias. El maltratar físicamente a las personas, atenta contra la vida ajena. El aborto es dar muerte a una vida en el vientre de la madre.
Para saber si estoy cumpliendo con este mandamiento me puedo preguntar: • ¿He hablado mal de los demás? • ¿He maltratado a alguien físicamente? • ¿He caído en algún vicio? • ¿He atentado contra mi salud?
6. No cometerás actos impuros
Este mandamiento nos manda conservar la pureza del cuerpo y del alma.
Para cumplir con este mandamiento, debemos procurar la limpieza interior de nuestro cuerpo y de nuestra alma ya que es un tesoro muy grande que debemos conservar. Nuestro cuerpo es un templo del Espíritu Santo.
Para saber si cumplimos con este mandamiento, nos podemos preguntar: • ¿He visto algún tipo de pornografía? • ¿Me he permitido tener pensamientos y deseos morbosos? ¿He dominado mis pasiones?
7. No robarás
Este mandamiento nos manda respetar las cosas de los demás y utilizar las nuestras para hacer el bien. También, nos manda respetar y cuidar la Creación.
Para cumplir este mandamiento, no debemos apropiarnos de lo que no sea nuestro y debemos evitar causar daño a lo que tienen los demás. Respetar la Creación y usar las cosas para hacer el bien. Pagar lo justo a las personas que empleo y cuando soy empleado cumplir con el trabajo para el que fui contratado.
Para saber si cumplimos con este mandamiento, nos preguntamos: • ¿Devuelvo las cosas que encuentro y no son mías? • ¿Cuido las cosas que me prestan? • ¿Cuido las cosas que tengo? • ¿Cuido y respeto la creación? • ¿Comparto mis cosas con la gente necesitada?
8. No mentirás
Este mandamiento nos manda ser sinceros y no mentir. Nos pide decir siempre la verdad. Mentir es decir algo falso, es engañar. Para cumplir este mandamiento, debemos decir la verdad y no engañar a los demás ni hablar mal de ellos.
Para saber si cumplimos con este mandamiento, me puedo preguntar:
• ¿Estoy acostumbrado a ser sincero? • ¿Acostumbro resolver mis problemas sin mentir? • ¿Hablo bien de las demás personas?
9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
Este mandamiento nos dice que no debemos pensar ni desear cosas inmorales. Nos pide pureza de corazón para ver todas las cosas con los ojos de Dios. Pureza de corazón, sea yo soltero(a) o casado(a).
Para poder vivir este mandamiento, necesitamos vivir la virtud de la pureza. Esta virtud nos lleva a respetar el orden establecido por Dios en el uso de la capacidad sexual a fin de vivir un amor humano más perfecto. Practicar la castidad, cuidando lo que vemos, lo que oímos, lo que decimos, etc. Cuidar el corazón de todo aquello que lo pueda manchar.
Para saber si cumplimos con este mandamiento, nos podemos preguntar: • ¿He tenido pensamientos inmorales? • ¿He vivido la virtud de la castidad en mi vida? • ¿He cuidado la pureza de mi corazón? • ¿He propiciado situaciones que me pongan en peligro para tener pensamientos y deseos impuros?
10. No desearás los bienes ajenos
Este mandamiento nos manda ser generosos y no dejar lugar a la envidia en nuestros corazones.
Para poder cumplir este mandamiento debemos ser felices con las cosas que tenemos y no tener envidia si alguien tiene más que nosotros. Disfrutar y agradecer lo que tenemos.
Para saber si estamos cumpliendo con este mandamiento, nos podemos preguntar: • ¿Soy feliz con las cosas que tengo? • ¿Agradezco y cuido las cosas que tengo como un regalo de Dios? • ¿Me pongo feliz por mis amigos cuando consiguen algo que yo no tengo? • ¿Me pongo feliz cuando a los demás les pasan cosas buenas?
¡Al cumplir los mandamientos vamos a estar cerca de Dios y vamos a vivir más felices! Los Diez mandamientos son el mejor camino para llegar al Cielo.
Recuerda que para ser feliz nos conviene cumplir con los Diez Mandamientos que Dios le entregó a Moisés. No olvides que seguir las huellas de Cristo es imitarlo en su perfecto cumplimiento de las leyes de su Padre. Los católicos, además, seguimos el mandato de Cristo: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo y, predicar el Evangelio a todas las personas.
Mucho tiempo antes de que Jesús viniera al mundo existieron los profetas, ellos fueron mensajeros de Dios y su palabra. Uno de los mas grandes profetas de toda la historia fue Moisés quien guiado por Dios libero al pueblo Israelí. Fue a Moisés a quien le fue revelada la ley de Dios y sus mandamientos. Desde ese momento todos los creyentes deben regirse bajo estos designios. Sorpréndete con todo lo que debes saber sobre los mandamientos de la ley de Dios.
✝¿Qué son los mandamientos de Dios?
Son un grupo de principios o doctrinas básicas de adoración y ética relacionados al judaísmo y el cristianismo. Básicamente son las reglas que deben respetar los fieles de estos grupos religiosos en su conducta y comportamiento. Por lo que podemos resumir diciendo que es el código de conducta para los fieles creyentes de estas religiones. También se les conoce como decálogo.
👉Tabla de los 10 mandamientos de la ley de Dios
De acuerdo a los relatos Moisés se encontraba en oración y profunda meditación en el Monte Sinaí cuando Dios le entrego dos tablas. En esas tablas se encontraban tallados los 10 mandamientos de la ley de Dios. Moisés recibió dichoso el regalo de Dios y descendió del monte, encontrándose con un hecho desagradable a sus ojos.
Durante su ausencia el pueblo de Israel había comenzado a adorar a otros dioses, en ese momento un carnero. Una estatua o busto hecho de oro con forma de carnero recibía su adoración. Moisés al ver esto se tornó iracundo y destrozo las tablas contra la estatua. Provocando que el pueblo israelí no recibiera los designios de Dios.
Acto seguido Moisés pidió perdón a Dios por su comportamiento y el de su pueblo por lo que Dios le dijo que no debía permitir desobediencia. Le pidió tomar dos piedras en las que tallo nuevamente los diez mandamientos y de esta manera se selló un pacto entre el pueblo y Dios. Este relato aparece en el capítulo 20 de Éxodo y también se hace alusión a este evento en Deuteronomio en su capítulo 5.
Desde este momento hasta la actualidad son muchas las variaciones e interpretaciones que se le han dado a este decálogo. Incluso algunos grupos religiosos difieren en su número y orden ya que algunos fueron unificados por considerarse la misma esencia.
⭐Mandamientos católicos
Cada grupo ideológico o religioso ha adoptado por sus propias consideraciones un orden específico para los diez mandamientos. En el caso de la iglesia católica sigue la siguiente lista:
Amarás a Dios sobre todas las cosas.
No usarás el nombre de Dios en vano.
Santificarás tus fiestas.
Honrarás a tu madre y a tu padre.
No matarás.
No cometerás actos impuros.
No robarás.
No darás falsos testimonios ni mentirás.
No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
No codiciarás los bienes ajenos.
🙏Mandamientos Cristianos
Por su parte las comunidades cristianas ortodoxas y algunas, de hecho la mayoría de las comunidades protestantes o reformistas. Adoptan otra lista de mandamientos, aunque en esencia son los mismos que Dios entrego. Pero de acuerdo a sus creencias e interpretaciones fueron modificados hasta obtener la siguiente:
No tendrás dioses delante de mí, yo soy el señor tu Dios.
No te harás ídolos ni de imagen ni de semejanza de lo que hay arriba en el cielo, ni debajo de la tierra, ni debajo de las aguas. No honraras ni te inclinaras delante de ellos.
No tomarás el nombre del señor tu Dios en vano.
Seis días trabajaras y harás tus obras, el séptimo día será de reposo para tu Dios el señor. Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
Honraras a tu padre y a tu madre.
No matarás.
No cometerás adulterio.
No hurtarás.
No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
No codiciarás los bienes de tu prójimo (casa, mujer, ciervo, buey).
✝Mandamientos de la iglesia
Es de gran importancia que se distinga muy bien la diferencia entre los diez mandamientos de la ley de Dios o biblia de los mandamientos de la iglesia. Estos mandamientos son propios de la iglesia católica y los han acuñado como un código de conducta para todos los fieles católicos que hacen vida en el catolicismo.
Estos mandamientos son 5 en total y se resumen en la siguiente lista:
Oír misa entera todos los domingos y fiestas de guardar.
Confesar los pecados mortales al menos una vez cada año, y en peligro de muerte, y si se ha de comulgar.
Comulgar al menos por Pascua de Resurrección.
Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia.
Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.
👉¿Cuáles son los mandamientos más importantes?
En concordancia con los preceptos religiosos no debería existir algún mandamiento por encima de otro. Todos poseen igualdad en cuanto a categoría e importancia sin embargo se cree que si existe esta priorización. Básicamente existe la confusión por mal interpretaciones del texto de Mateo en su capítulo 22.
Mandamientos de la ley de Dios
En este capítulo se narra una conversación en la que se pregunta cuál es el principal mandamiento de la ley de Dios. A lo que se responde que es AMAR A DIOS CON TODO EL CORAZON Y SOBRE TODAS LAS COSAS. Siendo el segundo AMARAS AL PROJIMO COMO A TI MISMO y de estos dos se derivan los otros mandamientos. Ya que se considera que mediante el amor a Dios, a uno mismo y al prójimo se lograra cumplir cabalmente los otros 8 mandamientos.
Ahora que conoce a profundidad todo lo que debes saber sobre los mandamientos de la ley de Dios. Es momento de tomar conciencia y reflexionar sobre nuestro comportamiento en el mundo y de ser necesario pedir perdón por nuestras fallas. Todo esto ante los ojos de Dios será muy bien visto de acuerdo a su palabra sagrada.
ACTIVIDADES 3 Y 4
Realizar la lectura propuesta y observar los vídeos.
Responder las preguntas de cada uno de los mandamientos.
Hacer un mapa mental con los mandamientos de la Iglesia.
Compartir en familia y escribir la enseñanza que le deja el tema.
las actividades por favor desarrollar en hojas de World y me las envían al correo: mara.edi02@gmail.com
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